Oh, gran milagro
de la naturaleza, gracias por existir, sin ti no se que sería de mi.
Eres arte en
movimiento, flotando por doquier, disciplina instrumental y vocal que te puede
hacer reír, te puede hacer llorar, te puede motivar, te puede derrumbar…
Esa ciencia a
veces exacta, otras caprichosa y aleatoria que nos traslada a otra fecha y otro
lugar, incluso otros personajes…Es como un sueño, pero palpable.
Parece como la más
seria de las bromas, un juego de niños a menudo interpretado por viejos
maestros.
Te siento como un
elixir, te bebo en cada sorbo, saboreando cada gota, temeroso de que te acabes,
pero luego calmo y te siento…Total, te puedo volver a reproducir! pero no
demasiado porque corres el riesgo de aburrir, ya sabes que lo bueno si breve,
dos veces bueno.
Me siento
diminuto a tu lado, insignificante, eres mi heroína y me das la mano cual madre
a su hijo…Miro hacia arriba y sonrío, me siento apaciguado, en paz.
Me pones los vellos
de punta amada mía, me sonrojas, me humedeces los ojos, también me entumeces,
paralizas, me recorres como un escalofrío que surca toda la espalda, sube hasta
la cabeza y baja hasta la punta de los pies…
Me empujas a
actuar, a sentir y también reflexionar…
Oh, amalgama de
notas y colores que amansas la fiera, que despiertas al lirón, que impregnas
los días de luz y esperanza.
Hay días apagados
en los que ni te invoco ni te pienso…Esos días son un poco mas vacíos, sin
sentido, aunque necesarios de silencio y abstinencia, para así pillarte con mas
ganas en la siguiente ocasión.
A veces rebusco
en el baúl de los recuerdos, con ganas de revivir esas sensaciones que antaño
sentía con determinadas formas de manifestarte, pero cada etapa es distinta y
no se siente lo mismo, pero no por ello pierde valor, simplemente se reinventa.
Eres tan variada
y espontánea, justo como a mi me gusta.
Existía hacia
miles de años, me atrevería a decir que millones, pues no seamos soberbios,existe desde siempre, de una forma u otra…El humano solo le ha dado forma,
la ha pulido, la ha hecho evolucionar…
Ay, pequeño
pedacito de cielo!, como has crecido, sobretodo en este último siglo…
Te has fusionado,
te has reinventado, te has convertido en religión. Te has expandido por todo el
mundo con la inestimable ayuda de la todopoderosa red cibernética.
En los últimos
años he asistido a grandes espectáculos, he pagado una pasta por sentirte, pero
merece la pena. He sentido tu magia en directo.
Incluso en
ocasiones el tiempo parecía detenerse…lluvia, manteos, miradas, fumadas, pateadas,
amenas esperas, carreras y vuelcos en el corazón.
Uarghhh! Me haces
vibrar y pones la banda sonora a mi existencia.
Gracias MÚSICA!